sábado, 22 de octubre de 2011

Wojtyla y las mujeres

Celebramos hoy, por primera vez, la fiesta litúrgica del beato Juan Pablo II. Y hoy me gustaría hablar de él en "The Vatican from the Outside", haciéndolo desde uno de esos prejuicios contra su persona que quizás en España no son tan extendidos, pero sí en Italia. Me refiero a la "misteriosa relación" de Juan Pablo II con Wanda Poltawska, una psiquiatra polaca que encontró en Wojtyla un importante apoyo personal y espiritual después de su salida del campo de concentración de Ravensbrueck, donde soportó las atrocidades de los nazis durante cuatro años.

Ha sido especialmente insistente con este asunto el periódico italiano "La Stampa", queriendo levantar sospechas sobre la idoneidad o no de la beatificación del Papa polaco quien, sostienen, habría tenido una relación muy especial con esta mujer.  Pero nada más lejos de la realidad. Poltawska, tal como ha afirmado el que fuera su secretario personal durante años, monseñor Dziwisdz, la polaca no era distinta al resto de amigos con quienes el Papa mantenía una especial relación postal, también durante los años de su pontificado, criticando así su resolución de publicar un libro con la correspondencia que mantenía con el Papa.


Es verdad que se llamaban entre ellos "hermanitos" y que han mantenido una relación especial. Pero nada hay ahí que lleve a pensar en un freno a la santidad del polaco. Juan Pablo II era muy amigo de sus amigos y seguro que, junto a Wanda, ha aprendido a valorar el papel de la mujer en el mundo y en la Iglesia, a descubrir en ella el "genio femenino", a escucharla con el corazón abierto y a darle las respuestas que estaba buscando, como buen sacerdote y director espiritual que era. Creo que en el fondo de la polémica está el deseo de buscar por todos los medios un freno al proceso de canonización de quien es, a los ojos de tantos y tantos católicos del mundo -entre los que me encuentro- un auténtico santo.

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