sábado, 20 de abril de 2013

Por tantos (también por ellos)


Como cada año, cuando llega el mes de abril al calendario español comienza la campaña de la declaración de la renta. Y, como cada año, cuando llega al calendario la la fecha de la declaración de la renta, ciertos grupos políticos y medios de comunicación, comienzan su campaña manipuladora de desprestigio a la Iglesia, la institución que, quizás, en medio de esta galopante crisis, más está haciendo por la sociedad.

La mentira y la falsedad llevan ya semanas pululando por las páginas de los periódicos, en las televisiones y en las redes sociales, quizás el espacio donde más viscerales son las críticas, los insultos y las falacias varias. La manía por intentar persuadir a la opinión pública de que la Iglesia recibe subvenciones directas de los presupuestos generales del Estado es ya una práctica habitual de los grupos antieclesiales. Usar la mentira para desacreditar a la Iglesia es una rutina que, como el estribillo de una canción, se repite cada año.

A esta gente habría que decirle que la Iglesia no recibe ninguna partida de los presupuestos generales del Estado. Se financia única y exclusivamente de las aportaciones que los católicos y los ciudadanos que valoran la labor espiritual y material que realiza la Iglesia quieran hacer a través de su declaración. Ellos deciden qué parte de sus impuestos van para la Iglesia. No es el Estado quien otorga nada, sino la gente que
lo desee.

Ya. Pero… ¿y las ayudas a hospitales, colegios concertados o Cáritas?, vuelven a echarnos en cara. Y nosotros, respondemos: «El colegio católico recibe dinero público no por ser católico, sino por ser colegio; el hospital católico recibe dinero público no por ser católico, sino por ser hospital». Es más, gracias al servicio que la Iglesia realiza en sus 107 hospitales y 1.004 centros de atención sanitaria; la enseñanza a más de 1,4 millones de alumnos en sus 5.347 colegios y los dos millones de personas atendidas en Cáritas ahorran cada año al Estado más de treinta mil millones de euros.

Y sí, esta labor es la que critican ciertos grupos de presión que se financian directamente –ellos sí– de los presupuestos estatales. 

sábado, 13 de abril de 2013

"Jesucristo era marica" y otros cuentos

¿Se acuerdan del tipo de la foto? Quizás no se le reconozca, porque se ven más a las pistolas que a él. O quizás es que él y las pistolas son un sinónimo. 


Hace algunos meses aparecía en un spot de la televisión catalana diciendo que era muy loable disparar al rey porque, decía, está contra Cataluña. Pero es que este señor dispara contra todo lo que no le guste, sin hacerse problemas, y por encima de toda situación. Lo mismo le da disparar contra el rey, los judíos, que contra los cristianos o, si me apuráis, hasta el mismo Jesucristo. 

En 2010, este tipo, llamado Jaír Domínguez, escribió un libro titulado "Jesucristo era marica", donde, a través de "cuentos", ridiculizaba la figura de Jesús y sus seguidores a lo largo de los siglos. Me da cierto reparo criticarlo, porque, seguramente, el grupo de sus secuaces, me tachará de Hitler intolerante. Pero tengo que hacerlo, pues el juego fácil de insultar a los católicos me empieza a cansar. Sobre todo cuando, supuestamente, vivimos en una sociedad democrática donde el respeto debe ser uno de sus pilares. 

La ridiculización que hace este señor -que presume de ser catalán, a pesar de tener un apellido muy castellano- no acaba en el libro. Ahora, Marta Felip, alcaldesa de Figueres, llama a este calumniador de los cristianos a hacer de pregonero, ni más ni menos, que de las fiestas de la Santa Cruz de la localidad. Espero que la campaña que está realizando e-cristians para impedir que este tipo siga, desde sus púlpitos, criticando a los católicos, llegue a buen puerto. 

sábado, 6 de abril de 2013

Las mentiras de la izquierda

Esta semana, un compañero sacerdote me ha recordado que hace tiempo que no escribo en el blog. Es verdad, los trabajos pastorales no me dejan apenas tiempo para escribir aquí unas líneas. Pero hoy me vuelvo a poner con ello, impulsado por una campaña mediática que han lanzado esta misma mañana en Twitter grupos izquierdosos y que ha llegado a ser trending topic, basando sus argumentaciones en las mismas mentiras de siempre. 

Con la etiqueta #nuevoPAPAnuevasNORMAS, algunos se han atrevido a exigir al papa nuevas normas de comportamiento. ¿Y respecto a qué? Pues lo de siempre: la mentira del dinero. 

A ver si se enteran estos grupos (ya se ve que no leen mi blog, porque de esto hemos hablado ya varias veces) de que la Iglesia no recibe dinero público, sino solo y exclusivamente lo que los contribuyentes le asignan a través de la x de la declaración de la renta. Eso de que la Iglesia, como bien se están encargando de seguir difundiendo en la conciencia de las gentes -¡para que luego digan que nosotros adoctrinamos!-, recibe de las arcas públicas 6.500 millones de euros es totalmente falso: no proceden los presupuestos generales del Estado, sino del IRPF de los declarantes que así lo quieran hacer. Ninguna partida, por tanto, de los presupuestos del Estado, va a la Iglesia católica. Esta se financia única y exclusivamente a través de la declaración de la renta. 

A estos grupos izquierdosos lo único que les gusta es decir que la Iglesia recibe lo que no recibe. Y ellos se olvidan de decir lo que sí pescan de las arcas públicas: 65.800 millones de euros que sí proceden directamente de nuestros impuestos. Quizás habría que crear una nueva etiqueta que diga #MenosSubvencionesAPartidos, o pedir que sean también ellos los que cobren a través del IRPF: ¿cuánto conseguirían? Me atrevo a decir que poco, muy poco...

lunes, 17 de diciembre de 2012

El papa está que trina


Cuando el bueno de Marshall McLuhan dijo en su ya famoso ensayo “La Galaxia Gutemberg” aquello de “el medio es el mensaje” no pensaría que los medios de comunicación, hoy en día, lo iban a llevar tan a rajatabla. Nos referimos al impacto mediático con el que se ha recibido la noticia de la presencia de Benedicto XVI en el universo de las redes sociales. Todos los medios de comunicación hablan de ello, pero dando más importancia al hecho de estar presente, que al mensaje que nos quiere transmitir el Papa. 

La red social del microblogging, esa que permite a sus usuarios mandar sintéticos mensajes a sus seguidores como si fuesen pequeños “trinares” de un pájaro-eso es lo que significa “Twitter” en inglés-, ha puesto a trinar, en el sentido que tiene en la red social, al Papa. Pero ha puesto a trinar también, en el sentido castellano de la expresión, a mucha gente. Algunos están que trinan porque @Pontifex, el nombre de usuario de Benedicto XVI, haya alcanzado el millón de seguidores antes de publicar nada; algunos están que trinan porque los mensajes del Papa son los más leídos de la red; algunos están que trinan porque “Benedicto XVI” es el tema más hablado en la red; algunos están que trinan porque, en definitiva, el papa Ratzinger se ha metido de lleno en el nuevo “continente digital”, tal como él mismo ha definido a internet. 

La Iglesia siempre ha buscado nuevos canales para trasmitir su valioso mensaje: san Pablo con sus cartas; los cristianos del medioevo con pinturas y esculturas; Pío XII con la radio de Marconi y Benedicto XVI con internet. 

Lo anecdótico no es que el Papa esté en Twitter. La noticia no es si Benedicto XVI sabe o no usar un Ipad. Lo sorprendente de todo esto es que el Papa tiene un empeño enorme por anunciar a Jesús, sea donde sea y con los medios que hagan falta. Por ello ha convocado un Año de la Fe y por ello, en este año especial, ha decidido seguir anunciando el mensaje de Jesús en la red de redes. Ojalá esta plataforma sea también un canal idóneo para transmitir el mensaje de la salvación. Santo Padre, por favor: siga trinando

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Mulas, bueyes y otros animales

¡Vaya la que ha liado el Papa! ¿No ha tenido otra ocurrencia? Ahora nos obliga a acabar con la tradición de poner en el belén la mula y el buey. Así están dando la voz de alarma algunos medios de comunicación. Algunos de esos medios de información en la que la cultura religiosa brilla por su ausencia. 


Me atrevo a decir que pocos periodistas -por no decir ninguno-, antes de dar esta "bomba" de noticia, han leído la biblia en su vida. Porque si lo hubieran hecho alguna vez se habrían dado cuenta de que en los evangelios nada se nos dice de si en aquel establo de Belén había mulas, bueyes, caballos, gallinas o cerdos. Y es eso, precisamente, lo que ha dicho Joseph Ratzinger en su último libro sobre Jesús de Nazaret "La infancia de Jesús". Y nada de imposiciones a quitar estas figurillas tradicionales de nuestros belenes. 

Y es que, el belén, es eso: una representación de cómo podría haber sido aquella primera noche de Navidad. Y no una reconstrucción científica de lo que pasó, según la biblia nos lo cuenta. Porque, que me digan a mí: ¿dónde se dice que el río de Belén era de papel de plata? ¿O que, por tripas, hubo una lavandera y un pescador frente a ella? ¿O un puente por el que tienen que pasar los reyes magos? ¿O que nevara harina en la Palestina de aquella época? Por no decir que en ningún sitio he visto escrito que haya que poner en un rincón una horrible figura -tengo que decirlo, no me gusta nada- de un cagón enseñando el culo.

El belén de nuestros hogares es una tradición en la que hemos ido colocando elementos que nos ayuden a recrear la escena en la que los hombres empezaron a gustar la salvación. San Francisco de Asís, el primero que "fabricó" un belén, lo hizo con mula y buey. En muchos pueblos de Burgos las figurillas visten con traje castellano. Y en mi casa, los pastores tienen una lucecita roja que parpadea. Algunos periodistas siguen pensando que todo eso es palabra revelada, escrita y trasmitida en los evangelios. Me da a mi pensar que la mula y el buey huyeron del belén... para habitar en las redacciones de ciertos telediarios.

viernes, 24 de agosto de 2012

Ofensas... ¿de quién?

Es verdad que llevo mucho tiempo sin prestar mucha atención al blog. En concreto, nada más y nada menos que tres meses. Pero el artículo que acabo de leer en "El Mundo" me ha vuelto a saltar de la silla y a llevar mis manos al teclado. Y lo hago para exigir a ciertos "colectivos" que no soportan que nadie diga nada contra ellos, que empiecen ellos por respetar a los demás. 

Y es que si para los organizadores de una macrofiesta que se desarrolla en Ibiza -organizada por colectivos gays-, disfrazarse de obispos en tanga o monjas con el culo al aire "no tiene ninguna intención de ofender a la Iglesia católica", que me expliquen qué intención tiene. No hay más que ver las fotografías que publicaba "El Mundo": la que aquí publico es la menos irreverente de todas. 

¿Es que la gente no se sabe divertir si no es mofándose de los católicos? Estos ciudadanos tan "respetuosos" con la fe de millones de españoles son los primeros en protestar cuando son "discriminados" por parte de otras instituciones. Son los primeros que vociferan cuando un obispo dice una obviedad: que dos hombres, por mucho que se lo propongan, nunca darán a luz un hijo. Ese tipo de frases, son para ellos una ofensa, cuando, en realidad, es una sentencia científica de primera. Sus "cabalgatas" de mitras emplumadas son "una manera divertida y respetuosa" para hacerlo pasar bien a la gente. ¡Qué ironía! Pues eso: no hagas a otros lo que a ti no te gusta. 

lunes, 28 de mayo de 2012

De libertad de expresión y otros pecados

Twitteando esta mañana me ha sorprendido ver que, entre los diez trending topics del momento, se encontraba la palabra "Cristo". Como os podéis imaginar, me ha faltado tiempo para pulsar el enlace. Cuando se ha abierto la pagina, no he encontrado testimonios de cristianos, ni jaculatorias, ni oraciones piadosas, sino un diálogo feroz por un juicio a una persona que hace años había cocinado en la televisión la imagen de un Cristo crucificado. 

Inmediatamente me he puesto a investigar. Desde Roma no tenía noticia alguna sobre ello. ABC me ha dado la pista: Javier Krahe será juzgado, a petición del centro jurídico Tomás Moro, por un presunto delito contra los sentimientos religiosos por un vídeo emitido por Canal Plus en el que, metido en el papel de cocinero, este ex compañero de Joaquín Sabina cocinaba un crucifijo, condimentándolo "con tocino y mantequilla". Lo que no entiendo es cómo el diálogo generado en Twitter pretendía defender la "libertad de expresión" de este hombre. Esos voceadores que lo único que pretenden es desacreditar a la Iglesia -sea por el motivo que sea- se contradicen a sí mismos. Sí, porque a cocinar un crucifijo lo llaman "libertad de expresión" y no "atentado contra los sentimientos religiosos". Pero las famosas declaraciones del obispo de Alcalá -sobre las que tanto habla El País- no son "libertad de expresión": esas sí que son una verdadera "provocación al odio, la violencia y la discriminación" a los gays.

Me temo que estamos metidos en un diálogo de besugos. Que el "derecho a la libertad de expresión" se manipula a nuestro antojo. Hoy todo el mundo puede ser juzgado por cualquier cosa y declarar que tiene "libertad de expresar su propia opinión". Pero libertad de expresión no significa poder decir "lo que me da la gana". Hay que hacerlo siempre respetando el otro, y sin faltar a la verdad. Y decir que el vídeo del señor Krahe no es un atentado contra los sentimientos religiosos creo que es una falacia como un templo. Decir que las declaraciones de Plá "incitan al odio" me parece, cuanto menos, descabellado. Pero tendré que ser muy cauto al hacer cualquier tipo de declaración sobre homosexuales. De todas formas, si ellos se ofenden por mis palabras, siempre me podré defender: me acojo a mi "libertad de expresión".