viernes, 23 de diciembre de 2011

¿Dónde cenarán los pobres en Nochebuena? En un comedor de Cáritas, como siempre

El otro día, a través de un amigo de Facebook, me encontré con una noticia que me dio que pensar. Los políticos de izquierdas, algunos sindicatos y demasiados medios de comunicación se esfuerzan por difundir en la opinión pública la idea de que el Estado español regala a la Iglesia católica una ingente cantidad de dinero de las arcas públicas, dejando así relegados otros asuntos de gran importancia para todos los españoles. 

Así lo afirmaba algunos meses atrás, por ejemplo, el coordinador general de Izquierda Unida, Cayo Lara: "Con el dinero que la Iglesia recibe del Estado podríamos crear 400.000 puestos de trabajo". Y el discurso vuelve a ser fácil, como siempre. Pero señor Lara, permítame una precisión. El Estado no da dinero público a la Iglesia. Son los españoles los que realizan sus donativos a la institución eclesial a través de su declaración de la renta. Ese dinero no procede de los fondos generales ni del presupuesto estatal anual. El Estado es solo un intermediario y no la fuente sin fondo de donde la Iglesia saca siempre que quiere dinero, como si se tratase de la lámpara de Aladino.

Yo creo sin embargo que su afirmación debería cambiar y ser más o menos así: "Con el dinero que los españoles donan a la Iglesia a través de su declaración de la renta se da de comer a más de tres millones de personas a los que el Estado ha dejado sin trabajo". Porque, señor Lara, permítame otra precisión. Los que sí reciben subvención directa del Estado son algunos sindicatos, quienes desde hace tiempo no hacen nada por crear puestos de trabajo y defender los derechos de los trabajadores. Y los pobres lo saben. Por eso, esta Nochebuena serán muchos parados, inmigrantes, sintecho... los que acudirán una vez más a cenar a un comedor de Cáritas y no a la sede de UGT. 

lunes, 19 de diciembre de 2011

Un árbol verde para un Papa verde

Paseando por Roma uno ve que la ciudad, en estos días de Navidad, ha cambiado radicalmente. También el pequeño Estado de la Ciudad del Vaticano, que luce un hermoso abeto natalicio en medio de la plaza San Pietro. El de este año, viene desde Ucrania. Es entonces cuando los ecologistas vuelven a lanzar su voz como todos los años contra este tipo de actos pues, como dicen, "no respetan la naturaleza". 

Pocos de ellos saben, sin embargo, que Benedicto XVI es uno de los grandes ecologistas de nuestro tiempo. Incluso algunos lo llaman el Papa Verde. Lo ha dicho en muchos de sus discursos. Y también, para dar ejemplo, lo ha llevado a cabo con obras que intentan disminuir las emisiones de CO2 en su pequeño Estado. En 2008 encargó cubrir el tejado del Aula Pablo VI de paneles solares para nutrir de energía  la ciudad del Vaticano, reduciendo así los equivalentes 225.000 kilos de anhídrido carbónico que se necesitarían para la obtención de esa misma energía. También se trabaja para la construcción de otra planta solar para calentar el agua o enfriarla, según la estación del año. 

La obsesión del Papa Benedicto por la ecología es tal que ha pedido ya investigar sobre la posibilidade de tener un papamóvil que funcione con energía solar. Y si a estos intentos por ahorrar energía añadimos los dos bosques húngaros que le han sido regalados en 2007, las emisiones de anhídrido carbónico del Vaticano han desaparecido, no contribuyendo a la contaminación del planeta. Resultado: CO2 igual a cero. Es el único Estado en el mundo que lo ha conseguido. El cuidado por la naturaleza compete a todos. Pero Benedicto ha hecho de esta tarea su bandera. Creo que es de derecho que también un Papa verde pueda disfrutar de su árbol verde. 

jueves, 15 de diciembre de 2011

Haciendo la guerra con la "Paz"

Hace algunas semanas, a propósito de Benetton, veíamos cómo una campaña publicitaria en contra de la Iglesia católica era garantía de éxito de marketing. No está tan claro si de ventas. Pero la cosa funciona más o menos así. Primero se provoca a la Iglesia de modo escandaloso, para que ésta salga al paso y tenga que denunciar la ofensa. Después, los publicistas consiguen su objetivo: todo el mundo habla de ellos.

La cosa se vuelve a repetir. Así lo he visto en algún medio. Y ahora la protagonista es la española Paz Vega. Pienso que sus padres se confundieron al ponerle el nombre, pues en vez de paz lo que ha venido a promover es la guerra. Porque a esta señorita, que saltó a la fama por su papel en la película "Lucía y el sexo", no se le ha ocurrido otra cosa que hacerse -en una capilla sevillana- unas fotografías para un calendario alemán, mientras está de rodillas en un reclinatorio. El problema es que está vestida con una mantilla. Solo con una mantilla. Así, con poca ropa. ¿Será porque en Sevilla hace mucho calor? ¿O porque la mantilla es una vestimenta muy española? Esta señorita debe pensar que es el mejor modo de rezar a la patrona de Gerena. Pobrecita. Su creencia está equivocada. En realidad es el mejor modo para enfadar -y con razón- a todos los católicos y a quienes piensan con dos dedos de frente. 

Realmente estas fotos -que obviamente no publico en este post: la de aquí es la más decente-, como dice el arzobispado de Sevilla "hieren la sensibilidad de los devotos". La tal Vega seguro que pensaría dos veces hacerse las mismas fotografías, por las posibles represalias, dentro de una mezquita. Y no sé si de mezquitas, pero de mezquino estas fotos tienen bastante. Por favor, señorita Vega: dedíquese a otros menesteres que no sean atacar a los católicos.

domingo, 11 de diciembre de 2011

La Iglesia. Galileo. La leyenda.

Como ya hemos prometido hace días hoy tratamos uno de esos argumentos oscuros sobre la historicidad de los acontecimientos de el viaje de la Iglesia a través de los tiempos. Nos referimos a la leyenda negra creada en torno al caso Galileo, de la supuesta condena extrema por parte de la Inquisición a uno de los grandes genios de la ciencia de todos los tiempos. Hechos que tendrían que ser estudiados con más detalle para ver que ni hubo hoguera ni torturas físicas, imágenes que han entrado en el imaginario humano y no se sabe bien de dónde han venido. 

El historiador Vittorio Messori ha intentado meter un poco de luz en este argumento demostrando cómo las "terribles penas inquisitoriales" fueron mucho más suaves de lo que algunos quieren hacer creer. Galileo ni fue torturado ni fue quemado. Ni siquiera pasó un día en la cárcel. Su juicio se dearrolló en un salón de uno de los palacios vaticanos. Y después de la sentencia "condenatoria" pasó sus días en el palacio de los Arcetri. Tampoco se le negaron las visitas ni la posibilidad de seguir investigando con sus experimentos científicos. La única "pena" que tuvo que soportar es la de rezar una vez a la semana los siete salmos penitenciales, "sanción" que decidió seguir realizando después de cumplido el plazo obligatorio impuesto por su amor a la Iglesia.

En cuanto a la acusa mayor o menor de que la Iglesia no debería haberse intrometido en la teoría de Galileo como contraria a la fe, el argumento es hoy fácil de criticar, cuando la investigación científica ha demostrado, a posteriori, que las cosas son como suponía Galileo. Aún así, la Iglesia nunca se opuso a su teoría científica, sino al haber presentado la misma como verdad y no como "hipótesis". De ahí viene la condena. No de decir si la tierra gira alrededor del sol, sino de haber presentado la teoría, incierta todavía en esa época y no demostrada como verdadera hasta el 1748, como verdad y no como "hipótesis". Una vez más, la historia lleva la contraria a los vocifeadores de leyendas negras.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Cuando se insulta a los católicos también en Navidad

Leyendo el blog del vaticanista italiano Marco Tosatti me he encontrado con una noticia que me ha dejado boquiabierto. Al parecer, una cadena de televisión canadiense ha decidido hacer un programa televisivo especial para Navidad sobre el nacimiento de Jesús en Belén. Hasta aquí todo bien. Salvo con una pequeña gran decisión que han tomado los responsables del programa y que, lógicamente, ha suscitado las reacciones del mundo católico: ¡el papel de la Virgen María será interpretado por Pamela Anderson!

Cuando desde fuera de la Iglesia se buscan modos y maneras de ofender a los católicos, pienso que en el 99% de los casos dan en el clavo. Y este es uno de ellos. A estas alturas, creo que todos tienen en la cabeza quién es esta "señorita" que normalmente aparece ligera de ropa y con unas orejitas de conejo sobre su cabeza en determinados programas de televisión y en ciertas revistas. Y oigan, aunque algunos consideren que esta sea una "buena actriz" en su "género" -si es que se pueden denominar así- no es razón para que interprete el papel de una Virgen que trajo al mundo a quien nos salva de nuestros pecados, también de los que cometen esta serie de ultrajes. Es más, yo diría que es precisamente su "papel habitual" quien le hace rechazar automáticamente su interpretación como Virgen María. 

Seguramente, si Osama Bin Ladem hubiera interpretado el papel de Gandhi en una película todos habrían protestado. Aquí da lo mismo. El discurso viene siendo el mismo de siempre: la ofensa contra los que no piensan como ellos. En este mundo "democrático" en el que se pide el respeto hacia ciertos colectivos que no son aceptados por la sociedad, los católicos vienen insultados semana sí y semana también. Esos ideales de respeto se deberían cumplir, sí, pero también respecto a los cristianos. "Señorita" Pamela, un consejo: deje de lado sus "extraños trabajitos" -le hará mucho bien- y deje de igual modo a los católicos disfrutar de la Navidad. 

jueves, 1 de diciembre de 2011

La Iglesia, el preservativo y el sida

Es lo que muchos sostienen hoy en día: la Iglesia no está al lado de los que sufren la enfermedad del VIH por el simple hecho de no permitir el uso del preservativo. Pero, ¿puede la Iglesia no estar al lado de los que sufren, aún por el solo hecho de estar equivocados en lo doctrinal? Absolutamente no. Celebramos hoy el día mundial de la lucha contra el sida y creo que es de justicia dejar constancia de que la Iglesia católica es una de las pocas instituciones en todo el mundo que se toma muy en serio la tarea de cuidar a los enfermos por este virus que, como una epidemia, se extiende veloz por todo el mundo. 

¿Qué hay de verdad en estas acusaciones? Las cifras muestran lo contrario: la Iglesia hace mucho más por los enfermos de sida que cualquier otra institución en el mundo. El 26,7% de los hospitales para el cuidado del sida en el planeta pertenecen a la Iglesia católica. El 25,4% de las personas que se dedican al cuidado de estos enfermos pertenecen a la Iglesia católica. Es decir, que más de un cuarto de las labores humanitarias a favor de los enfermos de sida las realiza la Iglesia católica, según datos del Pontificio Consejo para la pastoral de la salud. De otro lado, las instituciones católicas proveen el 40% de los tratamientos contra el virus en el continente Africano, el más afectados por la pandemia, trabajando en más de mil hospitales y cinco mil clínicas. La fundación "El Buen Samaritano", del Pontificio Consejo para la pastoral de la salud, tiene por objetivo precisamente ayudar a los enfermos de sida olvidados de todo el mundo.

Lejos queda por tanto la idea de que la Iglesia no ayuda a los verdaderos sufridores del problema. Creo que es de justicia si afirmamos que hace mucho más por los enfermos de sida que las grandes empresas fabricantes de profilácticos o los que vociferan contra su doctrina sexual. La realidad, una vez más, supera a la ficción.