Leyendo el blog del vaticanista italiano Marco Tosatti me he encontrado con una noticia que me ha dejado boquiabierto. Al parecer, una cadena de televisión canadiense ha decidido hacer un programa televisivo especial para Navidad sobre el nacimiento de Jesús en Belén. Hasta aquí todo bien. Salvo con una pequeña gran decisión que han tomado los responsables del programa y que, lógicamente, ha suscitado las reacciones del mundo católico: ¡el papel de la Virgen María será interpretado por Pamela Anderson!

Seguramente, si Osama Bin Ladem hubiera interpretado el papel de Gandhi en una película todos habrían protestado. Aquí da lo mismo. El discurso viene siendo el mismo de siempre: la ofensa contra los que no piensan como ellos. En este mundo "democrático" en el que se pide el respeto hacia ciertos colectivos que no son aceptados por la sociedad, los católicos vienen insultados semana sí y semana también. Esos ideales de respeto se deberían cumplir, sí, pero también respecto a los cristianos. "Señorita" Pamela, un consejo: deje de lado sus "extraños trabajitos" -le hará mucho bien- y deje de igual modo a los católicos disfrutar de la Navidad.
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