
No podemos argumentar que él es el bueno y la congregación la malvada. Los superiores de la orden ya le habían advertido de las consecuencias que podría acarrear su entrada al programa por suponer un escándalo para los fieles. Y él decidió no obedecer, sabiendo a lo que se exponía. Quizás fue él quien no supo atenerse de las consecuencias y quien de verdad se manifiesta contrario a la fe y peticiones de sus superiores, a quienes prometió en su día obediencia. Quizás es un síntoma y manifestación del amor a su congregación y a la Iglesia. Y de las ganas de Telecinco de ganar audiencia, segura de la polémica que tarde o temprano iba a desatar.
Este sacerdote ya tiene un gran Hermano al que decidió servir en el mismo momento de su ordenación sacerdotal: Jesús de Nazaret. ¿Qué necesidad tiene de ir en busca de otro gran hermano, cuando ya tiene uno al que trasmitir directamente y sin dar escándalo al resto de fieles? Hay muchas formas de anunciar a Jesucristo sin necesidad de pactar con el diablo. Juan Antonio, reflexiona sobre lo que estás haciendo y que tu conducta, aunque con una motivación que puede ser justificable, puede ser causa de escándalo para los hermanos del rebaño que el Señor te ha encomendado.